El otro día me regalaron una antigua caja de luces de repuesto de 127. Al abrirla me di cuenta de que las bombillas que tenía dentro no eran las redondas normales si no unas estupendas lámparas halógenas H5 de casquillo europeo, como las de las que montan los faros de nuestros Seat 600
Así que me puse manos a la obra y desmonté los faros.
Como comentaba en el post anterior, desde hace varias semanas que utilizo el seiscientos casi como coche de diario para muchas pequeñas salidas cotidianas: pequeñas compras, ir a casa de de alguien, dar una vuelta… Y la verdad es que cuanto más lo muevo mejor se comporta: Arranca en frío perfectamente, el motor suena más redondo, la frenada ha mejorado. Y encima disfruto como un niño.
Pero el otro día al volver a casa después de una de estas escapadas, al girar a la derecha en una curva el coche volvió a «apagarse». Literal. Como si hubiera quitado la llave de contacto. Después de revisar conexiones me di cuenta de que al girar en la curva, con la centrífuga la batería se había movido y el positivo tocó en la chapa. Tanto fue así que le hizo un hermoso agujero :-S
Solo una línea para la celebración seiscientera anual:
Otro año de ITV pasada limpia.
Así que aquí estamos para dar la lata otro año más. Foto conmemorativa incluida del pelotilla secándose al sol en una mañana de «veroño» 🙂
Uso de cookies
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.
ACEPTAR