Seat 600. El diario de ese icono del siglo XX que vive en nuestros garajes
Como ya conté hace tiempo, los conectores originales de la batería estaban en bastante mal estado e incluso me llegaro a dar un susto cuando en una curva la batería se desplazó y me hicieron un cortocircuito con la chapa.
Bueno, pues todo eso hoy ya es historia. Para evitar que la situación pueda repetirse he comprado unos conectores nuevos que en lugar de ir roscados al rededor del conector de la batería utilizan un sistema de pinza que además por fuera es de plástico.
Cuando compré el coche, hace ya mucho tiempo, la bitotera no tenía en el centro el logo rojo de «Seat» que le correspondía, si no una chapita de aluminio negra con una «S» muy curiosa atornillada.
Al poco tiempo, en la feria ClassicAuto, compré la chapita con el logo original. El problema es que como no la monté inmediatamente, la laca roja se me rompió y saltó. Resultado: la metí en una bolsita con autocierre hasta hoy.
Con el paso del tiempo se me olvidó y llegué a acostumbrarme tanto a su imagen curiosa que casi me daba pena pensar en cambiarlo, le daba personalidad. Pero hay que reconocer que aunque la chapa era «curiosa», desde luego no era muy «original».