Las primeras escapadas de la nueva etapa

Posando durante la comida
Posando durante la comida

Una vez recuperado el coche de su ingreso hospitalario lo celebramos con una estupenda barbacoa y emprendimos el regreso a casa.

Apenas fueron 50 km, pero reconozco que al principio me costó. ¡Ya no me acordaba del tacto del peloto.! Volver a descubrir que el pedal del freno tiene recorrido y eres realmente tú el que frenas el coche y no el servofreno… Esa sensación de tocar el suelo con el volante… Vamos: ¡Volver a descubrir la auténtica sensación de conducir! :))

De vuelta a casa en 600
De vuelta a casa en 600… Recobrar la auténtica sensación de conducir…

Precisamente por eso estuvimos dando unas cuantas vueltas por caminos y carreterillas poco frecuentadas hasta volver a cogerle el punto al coche. La verdad es que es en estas vías donde el Seilla se porta como un rey y se disfruta especialmente su conducción.

Una vez ya en la autovía hicimos el recorrido yendo entre 85 y 95 km/h. La temperatura genial y el motor iba suave, redondo… ¡y escandaloso! Vamos, como siempre :))

¿Y esa sensación de la gente girándo la cabeza asombrada al adelantarte? ¡Es genial! 🙂

De compras por el barrio con el pelotilla
De compras por el barrio con el pelotilla

¿Y qué hacer el lunes siguiente si hay que hacer algunas compras por el barrio?

Pues sacar a pasear a la bestia, presumir de palmito y disfrutar de la compañía. Aquí puede observarse a una aprendiza de roba-seiscientos intentando abrir la puerta sin mucho éxito 🙂

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